Cuando consumimos cannabis, los compuestos de la planta entran en nuestro torrente sanguíneo y se distribuyen por todo el cuerpo, donde interactúan con los receptores cannabinoides CB1 y CB2.
Estos receptores se encuentran por todo el cuerpo: en el cerebro, la columna vertebral, los pulmones, los riñones y los sistemas gastrointestinal, inmunológico y nervioso central.
Estos receptores forman parte del sistema endocannabinoide (SEC), que está implicado en la regulación de numerosos procesos fisiológicos, como el apetito, el manejo del dolor, el estado de ánimo o la memoria.
Nuestro cuerpo produce sus propios cannabinoides, la anandamida y el 2-araquidonilglicerol (2-AG), que interactúan con los receptores CB1 y CB2 del cuerpo.
La anandamida, por ejemplo, se produce tras el ejercicio y podría ser la responsable de la sensación de euforia y baja sensibilidad al dolor que muchas personas experimentan después de hacer ejercicio (coloquialmente hablando se llama "subidón del corredor").
Al igual que la anandamida y el 2-AG, el THC y otros canabinoides interactúan con los receptores de cannabis del cuerpo e inducen diferentes efectos asociados con el consumo de marihuana. A menudo se suele usar la analogía del candado y la llave, en la que los receptores del cuerpo son los candados y las sustancias químicas del cannabis (o producidas por nuestro sistema endocannabinoide) la llave.
Gran parte de la investigación responsable del descubrimiento del sistema endocannabinoide humano y de otros mamíferos, se debe al Dr. Raphael Mechoulam, un químico orgánico y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel.
Muy interesante. Nos hace falta más investigación y conocimiento de la planta para un mayor beneficio del ser humano. Por lo menos regular el cannabis medicinal como en otros países.
ResponderEliminarUn saludo